Cojines con los huesos de las cerezas

Por Isabel Montes      
      «Cómo somos una Asociación que apuesta por la sostenibilidad, me parece interesante realizaros una aportación, que puede minimizar los problemas de algunos residuos, procedentes de nuestra cesta. Se trata de los huesos de las ricas cerezas que hemos podido degustar (de todas las cerezas que nos comamos esta temporada).  
¿Sabeis que los suizos, desde muy antiguo, guardan dichos huesos para llenar cojines, que luego calientan en las estufas, y los acompañaban en la cama en las frias noches de invierno? Y es que estos huesos son de una madera especial, que por sus características actúan como acumulador de calor o frío y lo van desprendiendo después. El uso más tradicional es a modo de bolsa térmica, para calentar camas, cunas, pies…, o para técnicas de termoterapia (en dolores menstruales por ejemplo, o para aliviar torticoli), pero también se pueden usar como compresas frias, se trata de calentar o enfriar el cojín. Calentarlo en estufa, en radiador, horno o microondas, y enfriarlo en el congelador.
Pues bien, después de comernos las cerezas, hervimos los huesos en agua con un poco de vinagre, los enjuagamos al tiempo que los frotamos para eliminar cualquier resto de pulpa, y los secamos al sol. Si somos manitas hacemos un cojín, rectangular, en forma de luna, de corazón…y lo rellenamos con los huesos, no en exceso para que circule el calor, si se nos da bien la costura, podemos hacer una funda que se quita para lavarla con más facilidad. Estos huesos son también ideales para relleno de peluches infantiles. Bueno, si probais, ya me contais, yo estoy en ello.»
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Anónimo
Anónimo
11 años atrás

Empiezo ahora mismo a coleccionar huesos.

Anónimo
Anónimo
13 años atrás

muy buen consejo, muchas gracias. Yo también lo voy a probar