Subbética Ecológica presenta:
El Alma de nuestr@s productor@s
Porque es importante que conozcas que detrás de nuestros productos hay personas que con mucho gusto trabajan para obtener alimentos sanos para tí y para la naturaleza. Apuestas de vida que no contaminan nuestras aguas, que conservan nuestro suelo y nuestras semillas, que hacen más bello nuestro paisaje y que nos ofrecen una alimentación honesta desde un modelo justo y digno. Apoyemos su alternativa porque gracias a ella nuestro mundo más cercano es indudablemente mejor.
LOS CÍTRICOS DE BIOVALLE
Naranjas y cítricos (Palma del Río y Hornachuelos, Córdoba)
Juan C. y César Salamanca Ocaña son dos hermanos que desde 2011 viven la aventura de cultivar en ecológico el naranjal familiar y que, aprendiendo despacito por el camino, desde Palma del Río y Hornachuelos han logrado convertirse en referente a nivel nacional del manejo ecológico en el cultivo de cítricos.
En pleno valle del río Guadalquivir, (uno de sus terrenos colinda directamente con su orilla), en tierras tradicionalmente dedicadas al cultivo de naranjas, Biovalle lleva adelante un proyecto que no sólo produce deliciosas frutas, sino que también ayuda a la conservación de ese rincón cordobés, poniendo en valor variedades autóctonas, rescatando otras en peligro de desaparición y experimentando con nuevas variedades.
Antes de la conversión a ecológico, en las tierras de Biovalle se hacía “lo que casi todos los agricultores hacen en la actualidad: dejarse asesorar por un perito o ingeniero, que tiene una tienda de productos fitosanitarios y te asesora gratis porque luego tú le compras los productos. Echas cosas en la tierra que ni siquiera sabes qué le estás echando ni por qué. Ahora somos dueños de decidir qué y cómo lo hacemos”, explica Juan César.
Pioneros en la región en el cultivo ecológico de naranjas, se definen como “ecologistas militantes” e impregnan una huella de ilusión a todo el trabajo que hacen “conservando el entorno y haciendo viable un modelo que cuida de la naturaleza que nos rodea, con la que convivimos a diario, como los campos de cultivo que antes tenían biodiversidad, insectos, liebres, conejos, perdices… y que ahora ya no tienen ni lindes”, agrega.
“Llamarnos Biovalle es como una utopía, un deseo de que el Valle del Guadalquivir sea lo que era, un valle que se cultive de una forma orgánica, ecológica, verde al fin y al cabo… Pero por ahora la mayor parte de los campos de cultivo son convencionales, intensivos, industriales”, añade Juan César, que además de agricultor es biólogo.
Naranjas navelinas, salustianas, cadeneras, lane-late, sanguineli, valencia tardía, sucreñas, naranja amarga, washingtona, mandarinas sasuma, oro grande, clemenules, mandarina tardía, pomelos star-ruby, limas mejicanas, limón fino, berna, ureka, cidro mano de buda, limón yusu, conquois, caviar cítrico, cítrico salvaje…
Biovalle produce ahora una lista interminable de variedades de cítricos y, aunque los comienzos fueron difíciles, “con poco rendimiento económico, muchísimo trabajo y un contexto hostil”, hoy por hoy han logrado conocer a fondo no sólo el cultivo sino también la venta, distribución y promoción, contando con más de 300 clientes sólo vía online tanto nacionales como internacionales.
Eso sí, siempre ventas a grupos de consumo, pequeños comercios, gente del circuito de la agroecología. “Nos han preguntado varias veces grandes superficies pero no les vendemos porque sería absurdo, las condiciones que te ponen son patéticas, abusivas… Podríamos estar creciendo tres veces más rápido pero tenemos los pies en el suelo, haciéndolo bien y luchando contra la intermediación negativa, siendo coherentes”, detalla Juan César.
“Para nosotros, pertenecer a Subbética Ecológica es ilusionante, tiene que ver más con nuestra forma de entender la vida y las emociones, formar parte de un grupo de gente consumiendo, conociéndonos, sabiendo lo que consumimos, de quién y cómo lo consumimos, vernos reflejados en los demás, sentir ánimo y apoyo, poder confiar y colaborar…”, explica.
“Y el alma de Biovalle somos mi hermano y yo y la ilusión por vivir diferente, que nuestro valle del Guadalquivir sea un valle viable de verdad, económicamente pero sobre todo ambientalmente y que, en el futuro, nuestros nietos pueda vivir de esto. También es nuestra alma la confianza de la gente, que hace que nuestro proyecto de conservación de la naturaleza y de vida siga adelante”, concluye.
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Te acercamos la manera de trabajar, los valores y el espacio de nuestros productores y productoras con el afán de estrechar vínculos, cultivar la transparencia y dar a conocer nuestra red. Alrededor de 500 soci@s integran la Asociación de Producción y Consumo Subbética Ecológica, que desde el 2009 trabaja para fomentar y afianzar un desarrollo sostenible a través de la producción y el consumo ecológicos.
La campaña “El alma de nuestr@s productor@s” ha sido realizada gracias a la colaboración de Diputación de Córdoba.