Por Isabel Montes
Es frecuente encontrar en nuestras huertas los limoneros luneros, capaces de regalarnos su fruto durante todo el año (con cada luna), los vemos ahora con algunas flores, y lleno de limones de todos los tamaños y grados de maduración. Si tenéis oportunidad de haceros con algunos, os recomiendo que preparéis una sencilla limonada, bebida espléndida para hidratarse en estos días de verano. Y ¿qué tal si la saboreáis leyendo algo de poesía?
Os propongo una receta rápida y un hermoso verso de mi poeta favorito.
LIMONADA
Ingredientes:
– 2 limones cortados a cuartos y sin pepitas
– 4 tazas de agua fría
– De 1/2 a 1 taza de azúcar (según gusto)
– Cubitos de hielo
Se licúan los limones (con piel incluida) con la mitad del agua y el azúcar. Colamos la mezcla y añadimos el resto del agua. Servimos con el hielo.
ODA AL LIMÓN de Pablo Neruda
De aquellos azahares
desatados
por la luz de la luna,
de aquel
olor de amor
exasperado,
hundido en la fragancia,
salió
del limonero el amarillo,
desde su planetario
bajaron a la tierra los limones.
Tierna mercadería!
Se llenaron las costas,
los mercados,
de luz, de oro
silvestre,
y abrimos
dos mitades
de milagro,
ácido congelado
que corría
desde los hemisferios
de una estrella,
y el licor más profundo
de la naturaleza,
intransferible, vivo,
irreductible,
nació de la frescura
del limón,
de su casa fragante,
de su ácida, secreta simetría.
En el limón cortaron
los cuchillos
una pequeña
catedral,
el ábside escondido
abrió a la luz los ácidos vitrales
y en gotas
resbalaron los topacios,
los altares,
la fresca arquitectura.
Así, cuando tu mano
empuña el hemisferio
del cortado
limón sobre tu plato,
un universo de oro
derramaste,
una
copa amarilla
con milagros,
uno de los pezones olorosos
del pecho de la tierra,
el rayo de la luz que se hizo fruta,
el fuego diminuto de un planeta.
Precioso… Gracias Isabel por sorprendernos todos los meses.