Jornadas de recuperación de semillas de variedades locales y tradicionales.

«El que tiene una semilla, tiene un tesoro», sin duda.

Las semillas híbridas comerciales campan a sus anchas por los campos del mundo. Lamentablemente, ya quedan pocos agricultores que saquen sus propias semillas y las compartan con sus vecinos. En la agricultura convencional actual se ha perdido ese esfuerzo, y con ello, los problemas son diversos: pérdida de la independencia del agricultor, pérdida de biodiversidad, plantas poco adaptadas a los territorios susceptibles a plagas y enfermedades, etc. Lógicamente los intereses de empresas multinacionales están tras de ello, y los gobiernos de todo el mundo escriben normas que los primeros les dictan.

Los agricultores y agricultoras de Subbética Ecológica trabajan día a día por recuperar sus variedades locales.  Es un tema que nos ocupa y nos preocupa. Sin embargo, cuanto más sean, cuanto más compartan sus conocimientos, mejor. Así, el miércoles 1 de diciembre de 2010, de 17:00 a 20:30, se celebraron unas jornadas que abordaron este tema, organizadas en el centro IFAPA de Cabra con la colaboración entre otras de nuestra asociación. 

Algunas reflexiones y conclusiones:
Nuestros amigos Pepe Aguilera y Nati tienen en casa más de 1.500 variedades. Fue todo un placer escucharles conversar con nuestros hortelanos, y hablar de: cogollos moraos, garbanzo negro y pajizo, maíz saltaor, espelta, 170 variedades de calabazas, 40 variedades de manzano, tales como camuesas o pero ruíz, lechuga negra y sevillana, los cardillos, la borraja, y muchas más. Es mucha la sabiduría y esmero que atesoran, y no podemos permitir que desaparezca.

Pepe Aguilera, durante la exposición.

Juanma, de la Red Andaluza de Semillas, afirmaba que las variedades tradicionales devuelven la capacidad de autogestión al agricultor, que además reduce costes de producción, al estar más adaptadas al territorio. Además, el consumidor las prefiere. Por contra, las semillas comerciales se seleccionan bajo criterios ajenos al consumidor y su salud, tales como la resistencia química, al transporte o mayor producción.

Juanma, Red Andaluza de Semillas, durante la exposición.

En el Consejo de Sabios, resultó muy emotivo escucharles hablar sobre cómo era la agricultura del pasado, en la que existía solidaridad entre iguales. Antiguamente, cada agricultor tenía sus semillas seleccionadas, las mimaba para evitar cruces, las intercambiaban con los vecinos, y las cultivaban en planteras (en el pareonsillo, decía José Luís). Eran personas muy observadoras e inteligentes. ¿Que pasó? Que llegó el bombardeo de las casas de semillas, y la sociedad de consumo pidió una superproducción superflua. («El que quiere dinero, no quiere cultura» – decía algún asistente). La comodidad y el mayor poder adquisitivo del agricultor, hizo que se olvidase ese rico patrimonio natural y cultural. Con ello se perdió cultura, biodiversidad, calidad, libertad, dinero, contacto personal entre hortelanos, adaptación al terreno, control en el manejo de plagas y enfermedades, sabor, olor ….e incluso el sueño, decía Pepe.
Consejo de sabios, durante el debate.
Sin embargo, más vale tarde que nunca. La red andaluza de semillas (www.redandaluzadesemillas.org), la resiembra e intercambio de semillas entre agricultores concienciados, y sobre todo, una agricultura ecológica sabia y honrada, puede cambiar la situación. 
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