«Molestos insectos»

Alejo Ortegón

Observé en uno de mis pequeños árboles frutales, concretamente en un hermoso madroño, la aparición de  diminutos parásitos más conocidos como pulgones que tienen la particularidad de reproducirse de una forma espectacular. Curiosamente la masiva expansión de dichos parásitos es debida a que ya en el interior de las hembras, se alojan los futuros huevos que a su vez están fecundados, listos y preparados para volver a eclosionar asegurando de ésta asombrosa forma la reproducción de su especie. Pero no es miintención explorar la reproducción de las especies, que eso daría mucho que hablar. Y si no que se lo regunten a Darwin que no ha mucho celebróse aniversario en conmemoración suya.
Sigamos. Cuando detectamos la parasitación de pulgones u otros ácaros o “insectos molestos” , normalmente acudimos al experto en la materia que nos suele aconsejar la fumigación con algún producto químico. Cierto es que tal remedio es eficaz. Nada más realizar la fumigación, los pulgones-parásitos esaparecen. Sin embargo, quisiera añadir algunas observaciones más para invitar a la reflexión sobre el uso y abuso de tales remedios, rápidos, eficientes y todos ellos malolientes.
Sigamos. Como decía al inicio, observé los pulgones en las hojas del madroño. Pero una observación másatenta llevóme a contemplar cómo entre las ramificaciones y hojas, establecían algunas arañas sus hermosas telas que al reflejo del sol aparecen con sus curiosas formas geométricas. ¡Cuán sabio son éstos insectos! Cómo aprovechan la singularidad del ramaje para hilar, hilvanar, tejer sus redes, que a su vez será su despensa. Precisamente de pulgones y otros insectos molestos. Continúo observando, encuentrome conuna redondeada cochinilla, de esas que tienen su roja coraza externa, moteada, salpicada de puntitos negros, su exoesqueleto que diría el experto. Pues bien, observo las cochinillas y moviéndose con ávida destreza por el ramaje, directas van al nido de pulgones. Al poco, una de las hojas queda limpia. La naturaleza hace ella misma su labor. Creando por un lado complejos sistemas de reproducción como el mencionado de los pulgones-hembras y creando a su vez cadenas de depredadores que los usan de alimentos y nutrimentos para equilibrar el sistema creado.
¡Sabia es la naturaleza! Peeeeeero, con el ser humano hemos topado. Que si sabia es la naturaleza, más sabio se cree que es el propio ser humano que es capaz de fabricar y concentrar en diminutos frascos, productos químicos, tóxicos todos ellos y para ellos mismos, peeeero que acaba rápida y eficazmente con los insectos molestos. Y como decía más arriba, ciertamente que lo son. Pero, ¿a qué costo ecológico? Con tales productos químicos, rompemos con extraordinaria rapidez la frágil cadena que la naturaleza tardó años en crear. Al eliminar los insectos molestos de un entorno en el que todos ellos participan unos comodepredadores, otros como depredados y otros como soporte de sustentación, el equilibrio queda roto, y a suvez, en cadena van sucumbiendo otras especies que aunque consideradas molestas, son altamente beneficiosas. Sentimos temor de las arañas, de las cochinillas, de los pulgones, de los gusanones, de los lagartones, de to lo que se nos ocurra en nuestra “imaginacione”. Que cada cual piense sobre sus “temores-arácnidos-animalescos” Pero lo cierto y verdad es que todos vivimos en el mismo entorno ¿natural? Hombre, naturalmente que sí que vivimos juntos, pero con la particularidad de ser los únicos que hemos contribuido a romper equilibrios naturales en aras a quien sabe qué criterios de economía, bienestar ó estética por decir algunos.
Reflexionemos por un momento sobre lo que hacemos, cómo lo hacemos y porqué lo hacemos. Aunque cierto es que existen insectos molestos, también es cierto que otros insectos ¿molestos? contribuyen a eliminar a los primeros y a su vez, éstos sirven de alimento a otras especies, la araña por ejemplo que a su vez son alimento de aves y otras especies de pájaros. Y así podríamos continuar hasta llegar a nosotros mismos, los humanos. Los resultados y consecuencias de nuestras acciones se vuelven contra nosotros mismos cada vez que rompemos equilibrios naturales. Seamos conscientes de ello.
Lo cierto y verdad es que mi pequeño madroño se encuentra florido y hermoso. Con sus arañas, cochinillas y pulgones. Todos ellos conviviendo sin apretujones pues de vez en cuando, se acerca algún colorido pajarillo para hacer su contribución al sistema creado. Y servidor, por tan ejemplar cadena de seres vivos, no siente en absoluto temor ni deseos de erradicación, tan sólo reflexión y admiración.
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