Pimientos rojos, ¡qué desilusión!

Por Araceli Muñoz
Sí, ya lo sé, los pimientos rojos no son de primavera. Pero tenía muchas ganas de un picadillo de pimientos, con sus sardinas, su huevo duro… y no me pude resistir. Los ví bien de precio en un supermercado y los compré. Llego a casa, tan contenta, enciendo el horno, limpio los pimientos con un paño y los pongo a asar. Toda la casa oliendo a pimiento rojo, ¡cuánto tiempo hacía!

Tras el pertinente tiempo de espera, voy a por los pimientos y cual es mi sorpresa cuando veo que en lugar de asarse se han cocido!! Han soltado mucha agua, la bandeja del horno prácticamente rebosa. ¡Pero si yo no le he echado ni una gota de agua! ¿Cómo es posible?

Es posible porque el método de producción de éste pimiento, convencional y fuera de temporada, se ha basado en una alimentación química. Para que el pimiento la tome es necesario inflarlos de agua, para que con el agua entren los «nutrientes». Para que se pongan rojos les encienden unas luces que simulan el sol. Lo que yo compré en la tienda, a buen precio, no eran pimientos rojos, si no agua. Y es verdad, si lo sabemos, si debemos respetar los ritmos de la naturaleza…. Este pimiento es de final de verano porque es el Sol el que hace que se ponga rojo, el que permite que sintetice las sustancias que le dan ese color tan particular.

Ahora me doy cuenta de que lo barato es caro, de que las cosas de temporada lo son por algo y de la suerte que tenemos los consumidores de Subbética Ecológica de ir aprendiendo poco a poco a comer cada día más sano.

Para que no me pase más, el año que viene, ¡haré conserva de pimiento! Para que cuando no me pueda resistir, al menos esté comiendo sano y no me engañen.

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