Por María Tesías
La dimensión socio-sanitaria de la agricultura ecológica en el síndrome de sensibilidad química múltiple.
La salud es un tema que preocupa a todo el mundo en general, y en particular a las personas que consumen los denominados productos ecológicos, productos generados desde la lógica de la naturaleza.
Todos tenemos que comer diariamente, pero el estilo de vida de algunas personas ya está condicionado a la ingesta exclusiva de éste tipo de alimentos ecológicos: son aquellas que padecen el síndrome de sensibilidad química múltiple (SSQM).
Éste síndrome es la manifestación fisiológica a la presencia de agentes químicos tóxicos en productos de uso cotidiano como son los perfumes, los productos de limpieza en el hogar, los cosméticos y los alimentos que se toman a diario. Hay múltiples efectos que sufren estas personas ante un olor o incluso en presencia de las ondas electromagnéticas, como la de los móviles y ordenadores.
Los primeros casos de SSQM aparecen en los años cincuenta en los Estados Unidos. Pero es desde los años ochenta cuando el Doctor Willian Rea está realizando en Dallas (EEUU) tratamientos para esta enfermedad.
Hoy día ha aumentado el número de personas que padecen este síndrome de sensibilidad química múltiple, y en España se estima que hay unas trescientas mil personas afectadas.
La Doctora Pilar Muñoz-Calero, directora de la clínica de la Fundación Alborada, está desarrollando en España los protocolos y enseñanzas del Doctor Rea, considerándole el “padre de la medicina ambiental”. (Más info)
Médicos formados en la disciplina de la medicina ambiental encuentran relación entre la contaminación a la que nos exponemos diariamente y las enfermedades que van apareciendo: no sólo la sensibilidad química múltiple, sino también Alzheimer, Parkinson, fibromialgia, asma, alergias o intolerancia alimentaria. Ha sido frecuente encuadrar estas patologías hasta la fecha dentro de las afecciones de la salud mental. (Más info)
En el tratamiento que prescriben para mejorar la vida de estos pacientes se incluye la alimentación a base de productos procedentes de la agricultura ecológica, es decir con ausencia de agentes químicos tóxicos y producidos mediante la lógica de la naturaleza. Algunos estudios aseguran que éstos alimentos además de tener más nutrientes que los convencionales, poseen un alto poder desintoxicante.
Desde la asociación Subbética Ecológica ya se está dando respuesta a personas que padecen el síndrome SQM en nuestra comarca, e incluso vienen de la campiña cordobesa y de Córdoba capital. Es una suerte que existan y tengamos agricultores sensibilizados con éste modo de cultivar la tierra, porque gracias a ell@s se pueden tomar alimentos libres de química tóxica, pueden prevenirse estas nuevas enfermedades y servir en el tratamiento de éste síndrome de sensibilidad química.
Yo aún estoy vagando por lugares donde poder vivir,y donde me diasnostiquin,no salgo salgo de las urgencias de los hospitales unas veces por una cosa y otra por otras,cuando te preguntan de que padeces,le dices de fibromialgia,ya todo término,todo lo que tengo es por eso por la fibromialgia,y a tu casa estés como estés,es una vergüenza que a médicos de la seguridad social,no les de vergüenza tratar a los pacientes que somos quien pagamos la seguridad social nos tranten como basura,con desprecio,si con desprecio,y que estando enfermos no mande a casa por tener la tensión bien el azúcar bien, y… Leer más »
Gracias Rosalía por tu comentario.
Gracias por difundir información con rigor de este síndrome. He conocido a una familia con una de las hijas afectadas por esta enfermedad. Está absolutamente condicionada e incluso le diagnosticaron (como apuntas en tu artículo) de desequilibrio mental (histeria obsesiva) como si ésto fuera la causa de su mal. Hoy ya está bien diagnosticada y, al menos, ha perdido ese estigma de "loca" que la ha acompañado mucho tiempo. Información y artículos como éste ayudan a todos a ir por el camino acertado. Gracias María. Fdo.: Rosalía O.G.
Las personas que tienen esta enfermedad son centinelas del resto de la población, van por delante detectando los efectos tóxicos de los productos químicos. Los demás, aunque no seamos tan sensibles, estamos expuestos a las mismas condiciones contaminantes. ¡que no se nos olvide!