Es un método de producción que promueve la fertilidad de la tierra, la biodiversidad, el respeto al medio ambiente y el equilibrio natural. Trabaja por lograr un paisaje agrario de calidad, la salud de quien produce y consume, la cultura y la sabiduría rural, la recuperación de semillas tradicionales y la dignidad y autonomía de las familias productoras.
Para ello no utiliza productos químicos de síntesis (herbicidas, plaguicidas, hormonas o abonos químicos), ni usa organismos modificados genéticamente (transgénicos).
Los productos ecológicos son saludables y contienen más vitaminas, minerales, antioxidantes y azúcares. Al mismo tiempo poseen menos grasas y agua lo que les propicia más sabor y más olor.